Archivo de la etiqueta: Patios de Córdoba

EL PATIO DE MI CASA

jo perianes

Tarde del 30 de octubre, alrededor de 33º en los termómetros de calle en Córdoba. Complicidad absoluta para pasar una tarde en los patios de la ciudad, siguiendo una ruta que me lleva a través de la última propuesta creada para reivindicar la capitalidad cultural 2016. Superada la dificultad que representa la deficiente información que en Internet hay sobre el acontecimiento, una amiga me obsequia con el plano del tesoro y salgo al encuentro con  El patio de mi casa.

Dieciséis intervenciones de arte contemporáneo en igual número de patios cordobeses, privados y monumentales, con objeto de poner el afilado útil de la creatividad contemporánea sobre el atávico y melancólico patrimonio cultural, representado en este caso por los viejos patios cordobeses, herederos de la civilización mesopotámica, romana y particularmente árabe.

Inicio mi paseo a las 17 horas, prolongándolo hasta las 20.30 en que abandono, tras recorrer un total de diez patios, en medio de las calles de mi memoria juvenil. El itinerario elegido pasó por los siguientes patios:

–          Palacio de Viana (donde hay paralelamente una exposición recomendable de fotografía de Rafael Señán), con obra de Mona Hatoum

–          Palacio de Orive donde Jorge Perianes oculta el patio invitando a la clausura de espíritu, el extrañamiento, la mirada exterior por la celosía…

–          Maese Luís 22, video-performance de Kan Xuan

–          Museo de Bellas Artes, sonoro y visual montaje de Rubens Mano, sobrepasado por la presencia de aves en los tejados a pesar de la instalación de decenas de lanzas metálicas dirigidas a ahuyentarlas

–          Museo Arqueológico, Mariana Castillo, endurece con una poda castrante el dibujo libre de las plantas para atenerlo a la rigidez del cementerio de piedras monumentales

–          Patio Archivo Municipal, en dos patios contiguos. Primero, Federico Guzmán en activista proclama por la liberación de las plantas, tal como Dr. Cogollo en una calle cercana. En el segundo patio, Cai Guo-Qiang ha impreso movimiento al jardín con dos tortugas que soportan sobre sí tal vez a la vida vegetal. En realidad sólo consigo ver en la oscuridad una tortuga que parece transportar en su concha algún bonsai seco, tal vez de olivo… En la tarea me ayuda el guarda de seguridad. Reincidente en mi seguimiento/observación acerca de la vigilancia de las obras de arte –siempre sospechosa para los agentes de la ley-, pregunto al uniformado agente si está al cuidado de los animales y me mira asombrado. Claro que no, responde. Estoy de servicio en el Archivo. Pero añade a propia iniciativa dos confidencias de incalculable valía. La tortuga mayor tiene 50 años y está valorada en 4.000 Euros, lo que le conduce a rematar, claro que si veo que cae por esta escalera o va para la calle pues la recogeré…

–          Facultad de Filosofía y Letras. Han escogido el patio más triste, desde donde se accede a la clase que frecuenté en los setenta. Tal vez por eso, la instalación de Carlos Garaicoa, a base de terrones de azúcar y hormigas, Principios básicos para destruir, a quien más daño está causando sea a las hormigas que cuentan sus bajas por cientos mientras la ciudad sobrevive en medio del saber acumulado en este viejo hospital de enfermedades agudas.

–          En los tres patios ubicados en el barrio de San Basilio paso de la inquietud propia de las instalaciones de Mounira Al Solh (Martín de la Roa, 2) que ahora no sé por qué o tal vez si, me trae a la mente el terrible espíritu parabolano, a la ritualidad de Nina Yuen, entre el golpe y la falta de aire para el cuerpo de vivos y muertos (San Basilio, 17), para concluir en un clásico de los patios, el de la calle San Basilio, 50 donde Magdalena Atria se ha dejado sencillamente contagiar de los colores con los que dibuja geometrías sobre plastilina en las paredes sembradas de plantas.

La iniciativa representa también una conversación entre las instituciones públicas promotoras, los propietarios de algunos patios privados o las asociaciones en las que éstos se agrupan, los artesanos que ocupan algunos de ellos, el vecindario cuando existe, artistas y gestores culturales, el público mayoritariamente turistas aunque no faltan cordobeses.

El resultado es apetecible y provoca reflexiones, conversación y encuentro, algo consustancial a la propia vida de los patios. Fuera de programa destaca la intervención de los vecinos del barrio recordando a los políticos locales la necesidad de espacios sociales en las huertas de las Caballerizas Reales. Porque uno se pregunta cuando camina por los barrios viejos, -ahora histórico-monumentales-patrimoniales-, si habrá vida después del turismo.

La muestra estará abierta hasta el 29 de noviembre, de miércoles a domingo.

fe guzman

ma castillo

4 comentarios

Archivado bajo Capital Cultural Europea, Córdoba 2016