Pocas ideas tan integradoras, rotundas y bellas como lo que llamamos paisajes culturales. La fusión de naturaleza y cultura, mezcla única donde espacio, tiempo y ser humano componen una expresión común al aire libre, entronca directamente con la noción de patrimonio y con el alma los seres humanos que pueden disfrutarlo. Cerca del mar, en Vejer de la Frontera, acebuchales y pinares, apretados con otros árboles y arbustos mediterráneos componen uno de esos paisajes capaces de “quitar el sentido”. No es poco en los tiempos urbanizadores que corren. Allí, la Dehesa de Montenmedio refleja la complejidad de la sociedad actual, donde conservación y desarrollo son términos tan deteriorados como de recurrente uso. En uno de estos parajes únicos, se levanta sobre varios cientos de hectáreas, un complejo de lujo que incluye hotel, salones, restaurantes, campo de golf, centro hípico y un museo de arte contemporáneo al aire libre (NMAC), cuya visita verdaderamente ocasiona disfrute y cuyo trabajo documental y de colección es digno de reconocimiento. Cuenta con obras especialmente críticas contra algunos de los conflictos contemporáneos, particularmente cercanos en algunos casos, en un espacio donde el fluir de pateras no resulta lejano. La belleza, el don de sorpresa y la confortable presencia con que algunas de estas piezas ocupan viejos barracones militares o se distribuyen bajo los pinos, se tambalean cuando uno lee la larga lista de irregularidades urbanísticas con las que éste resort fue construido, y cuyos impactos asoman como fantasmas en forma de ausencias, árboles que fueron talados sin permiso alguno para levantar en su lugar lujosas haciendas y solitarios campos de golf.
Esta antagónica forma de denunciar el sistema social a través del arte de vanguardia a la par que se fustiga el medio natural y cultural para beneficio privado, constituye una magnífica lección de construcción contemporánea del paisaje, en fase de incorporación a los anales del conocimiento humano. En sentido estricto, más que vanguardia, son viejas artes de disuasión de la mirada.
OLEOPOLIS 