Con su habitual impacto, GREENPEACE ha incorporado al toro de Osborne en su campaña de transporte sostenible, en una acción llevada a cabo el día 17 en los alrededores de Madrid y coincidiendo con el inicio de la Semana de la Movilidad Sostenible en la Unión Europea. Pegamos la nota de prensa…
A primera hora de la mañana, activistas de Greenpeace han colocado una mascarilla al toro de Osborne situado en la A1, a las afueras de Madrid, para “protegerlo” de las emisiones de gases de efecto invernadero de los automóviles. Los escaladores han descolgado, además, una pancarta en el cuerpo del toro con el lema “STOP CO2”. Greenpeace ha lanzado también un manual para demostrar a los políticos españoles que la industria automovilística carece de excusas para no reducir las emisiones de CO2
“Hemos elegido el toro de Osborne como testigo en las carreteras españolas del aumento incesante de las emisiones de CO2 de los vehículos, que en España ya representan el 12% del total y que se han casi duplicado desde 1990.(1)” ha declarado Sara Pizzinato, responsable de la campaña de Transporte de Greenpeace.
La próxima semana la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo votará un texto legislativo sobre la reducción de las emisiones y, por lo tanto, del consumo de los turismos que se vendan en Europa a partir de 2012. Después de 18 años de espera y ante la incapacidad del sector automovilístico para cumplir con su compromiso voluntario de reducción de emisiones, Greenpeace pide a los miembros del Parlamento Europeo que acuerden un objetivo de 120 g/km de CO2 para 2012 y que se asigne a la industria un límite más a largo plazo de 80 g/km de CO2 para 2020, para ajustarse a los compromisos internacionales de la UE en materia de cambio climático. Además, para asegurar el cumplimiento por parte de la industria, Greenpeace propone multas de 150 euros por cada gramo y coche que supere los límites. (2)
El sector del automóvil, ha argumentado en repetidas ocasiones de que les resultaría muy costoso cumplir con el objetivo originalmente asignado de 120 g/km para 2012 y pide que la entrada en vigor de la normativa se vuelva a posponer a 2015, a pesar de que ya fue aplazada dos veces en 2005 y 2010. Para rebatir estas excusas, Greenpeace ha presentado el Manual de control climático: 10 pasos fáciles para reducir las emisiones de los coches para 2012 (no 2015). (3) Este documento muestra de forma muy visual que es posible cumplir con los objetivos de emisiones de CO2 de 2012 utilizando tan solo la tecnología existente.
El potencial económico y medioambiental de esta legislación puede ser muy relevante ya que, si el Parlamento Europeo aceptara las peticiones de Greenpeace, se podrían ahorrar el equivalente a 130 millones de toneladas de CO2 en 2020, en lugar de los 43 millones que ahorraría la propuesta de la Comisión Europea, que no contempla un objetivo a medio plazo. En el otro extremo se encuentra la propuesta de la industria, que como mínimo recortaría en un 25% los resultados de la propuesta de la Comisión (4).
“Obligar a los fabricantes de coches a reducir el despilfarro de sus automóviles y sus emisiones no es más que escuchar lo que los ciudadanos claman frente al cambio climático y al aumento del precio del petróleo (5). La política no puede ceder a las mentiras de la industria y olvidar el interés general” – ha concluido Pizzinato.
— Greenpeace